Donna Apellaniz Nieto

Soy una joven inquieta a la que no hay nada más que le guste que descubrir cosas nuevas.

Y que mayor descubrimiento que el de descubrirse a una misma.

Trayectoria

Desde pequeña sentía un torbellino de emociones que fluían dentro de mi, sin saber que eran ni que era lo que me pasaba, yo manifestaba su aparición mediante excitación absoluta, llantos desconsolados o una rabia letal. Todo a su máximo.

Tuve la gran suerte, y lo digo de corazón, de tener a mi lado una madre que me ayudó a descifrar esas sobredosis de emoción que iba sintiendo. Horas de acompañamiento a mis adentros, de preguntas sin respuesta y de amor incondicional me adentraron en este maravilloso mundo del descubrimiento de las emociones.

Después de una infancia revuelta y llena de altibajos emocionales, llegó una época más tranquila y serena. ¡Que bien me vinieron esos años!

Mas adelante, llegaron mis 18 y con ellos el comienzo de la fase universitaria. Magisterio fue mi elección. La educación. Que maravilla, ¡cambiar el mundo!, ese era mi sueño. Durante el primer año vi que allí nadie quería cambiar el mundo y sobre todo que nadie me iba a ayudar. Allí faltaba algo, demasiada cabeza y muy poco corazón… Una desilusión enorme me invadió y tras acabar la carrera decidí explorar otras realidades y de paso, explorarme a mi misma.

Con una mochila y una guitarra fui a ver que había tras las fronteras de la seguridad materna. Viajes por Europa me hicieron descubrir nuevas maneras de vivir y de ver el mundo. También pedagogías distintas a las conocidas. Un mundo nuevo se me abrió, y con él la inestabilidad se apoderó otra vez de mi. Bendita inestabilidad, cuantas cosas me enseña.

Algo se me había movido dentro y era allí a donde tenía que ir para descubrir lo que me pasaba. Adentrarme nuevamente en mi emocionario y descubrir que había allí dentro que no me dejaba tranquila.

Devoré libros sobre las emociones, la Inteligencia Emocional, las pedagogías alternativas, sobre las alternativas en general. Hice cursos de todo tipo, vivencié todo lo que estaba aprendiendo para ver si era verdad todo lo que el mundo me decía a cerca de las emociones. Y, aunque cada una tiene su verdad particular, mucho aprendí de todo ello.

Presente

Ahora llevó unos años en mi zona natal, Donostia (Gipuzkoa), trabajando y trabajándome, viendo que es real todo lo que aprendo, viendo que las emociones nos guían, que son importantes. Regulando mis emociones para poder regular mis relaciones, para poder educar sin interferir, para ser respetuosa.

Cada experiencia me enriquece cada vez más y aprendo con el ejemplo. Lxs niñxs me demuestran que somos nosotrxs, lxs educadorxs, madres, padres, profes, etc. quienes debemos aprender para poder acompañar desde dentro, para poder hacer siempre lo mejor.

Sí, todavía quiero cambiar el mundo, pero ahora sé que para poder cambiarlo primero me tengo que cambiar a mi misma, y el cambio sólo llega cuando hay conocimiento y responsabilidad. Cuando hay consciencia y voluntad.

¡¡Gracias a la vida que me ha dado (y me da) tanto!!